fases de la resaca: del dolor al asco

Nunca he pensado en términos nacionalistas, pero desde el pasado 1 de octubre, después de ver esa brutalidad gratuita en las calles de Barcelona contra personas desarmadas, jamás me he sentido más dolorida, avergonzada y asqueada. Me entran ganas de pedir la independencia unilateral del planeta Tierra, pero sobre todo de la España que representa el señor Rajoy, su gobierno y quienes lo apoyan. Me siento a años luz de todos ellos.

Si hay alguien que defienda o, simplemente, justifique la violencia que se vivió en las calles de Barcelona (ojo: sea de la ideología que sea), le pido por favor que no me lea. No escribo para violentos ni para cobardes que se amparan en la violencia porque no tengo absolutamente nada que ver con vosotros.

Seguid en vuestro patético mundo de justificaciones y mentiras en las que ya nadie cree. Mientras tanto seguiré esperando a que una suerte de extraterrestres me lleven a un planeta más sensato, o a otra España menos cruel, donde me sienta representada.